Cuando un acólito alcanza el grado de espiritualidad necesario para convertirse en paradigma de virtud, cambia no sólo el concepto que se ha de tener de él, sino que se amplían sus obligaciones para con
A estos ortodoxos sacerdotes se los marcaba en la palma con un llameante sol negro preñado de ojos, representando cada uno de ellos una deidad, y difiriendo en tamaño a razón de su importancia. El símbolo que los acogía estaba engarzado entre ramas sin hojas que se extendían por sus dedos, nacidas de un fornido tronco que bajaba por su muñeca hasta un antebrazo donde surgían gruesas y nudosas raíces que desde el exterior horadaban la tierra. Pese a tratarse de un distintivo inusual, podrían encontrarse en la enguatada palma de varios mandatarios y altos cargos eclesiásticos, siendo éste un signo que había de representar la más estrecha comunión con los dioses. El hecho de que un ojo de dioses fuera impuesto tras haberse llevado a cabo el ritual de llamada, indicaba que el infractor era contemplado con especial interés por alguna de las deidades conjuradas a través de aquel estigma de Fe.
2 comentarios:
que los dioses observaran con especial atención a través de ellos
Es cuestión de gustos personales. Por eso te lo señalo desde el mío. Es que esta última frase introducida por el "que" se me hace un poco pasarse de giro. Esta frase nace a partir de otra cláusula: "encargados de designar aquello que habría de ser conveniente"
Desde este punto de vista mío, que te expongo ahora, hubierra tratado de construir sin la última. Quiero decir:encargados de designar aquello que habría de ser conveniente al interés/atención de los dioses.
Jeje, me acuerso de este texto. Un giro inesperado, creo recordar, en la narración a la que pertenecía.
A ver si un día de estos le hecho valor y soy capaz de retomarlo..
Publicar un comentario